“¿Qué quieres ser cuando seas grande?” A todos nos preguntaron alguna vez esto cuando éramos pequeños. Astronauta, policía, bombero, bailarina y presidente eran algunas de las respuestas más frecuentes. De niños jugábamos a ser adultos y cumplir alguno de estos sueños.
Como padres se busca darle lo mejor a los hijos, entre esto una buena educación. La universidad es donde todo culmina, es aquí donde obtendrán una especialización para lo que desean hacer el resto de sus vidas y es la preparación para entrar al mundo laboral.
Ya sea que tu hijo quiera estudiar algunas de las carreras más comunes como administración, medicina, derecho, contaduría o comunicación, o algunas de las más novedosas, lo ideal es que tú puedas ayudarlo a cumplir ese sueño. El mundo está en constante cambio, por lo que han surgido licenciaturas que antes jamás hubiéramos imaginado. Por ejemplo, Ingeniería en Sistemas Biomédicos, Ingeniería Ambiental, Ingeniería en Desarrollo Sustentable, Ingeniería en Videojuegos, Ingeniería en Tecnologías de Información y Sistemas Inteligentes, Gestión de la Información en Redes Sociales, Inteligencia de Negocios (Big Data), Innovación Educativa, Desarrollo Comunitario para el Envejecimiento, o Etnomusicología que se enfoca en comprender la diversidad de las culturas musicales de México y otras latitudes. Algunas de estas carreras son más costosas que otras, y además de la colegiatura hay que considerar gastos adicionales como equipo o viajes.
De acuerdo con la plataforma Compara Carreras del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) estudiar una licenciatura reduce en 50% el riesgo de ser empleado en el sector informal. Además en promedio se gana 77% más que una persona que sólo concluyó la preparatoria. Sin embargo, estudiar una licenciatura implica un gran esfuerzo económico para lograr costear las colegiaturas y cubrir las altas cuotas de algunas universidades del país. A diferencia de Estados Unidos, donde hay una fuerte cultura del ahorro para la universidad, en México todavía la mayoría de la gente no ahorra para ello. Según datos del Banco de México, alrededor del 70% de los estudiantes no terminan la universidad por falta de dinero.
Para que esto no pase, se puede contratar un seguro educativo a través del cual se paga una prima, ya sea mensual, semestral o anual durante un tiempo determinado. Así, cuando los hijos ingresen a la universidad podrán pagar los estudios. El pan tiene un fin determinado, por lo que da mayores beneficios que cualquier otro. Dependiendo el seguro que adquieras, podrías tener beneficios adicionales. Como nadie sabe qué sucederá, hay coberturas que te amparan en caso de fallecimiento, es decir que la institución pagará a los beneficiarios la suma final pactada aunque el esquema no se haya completado. En caso de invalidez total ya sea por accidente o enfermedad, la aseguradora pagará la suma acordada. Los fondos de este ahorro pueden ser utilizados para pagar colegiaturas, libros, material y equipo adicional o incluso para la vivienda.
Recuerda siempre buscar asesoría para saber cuál es la cantidad ideal para ahorrar y cuál será el plazo; lo ideal es comenzar desde que tu hijo es pequeño. Si quieres saber más o tienes dudas, nosotros con gusto te ayudaremos.